El estudio realizado en el marco del proyecto europeo “Facing youngsters’ mobile addiction through an innovative technological app (YOUNGMOB)”, con financiación de la Unión Europea (programa Erasmus +) y liderado por la Universidad de Burgos, señala que durante la cuarentena debida a la COVID-19 el uso del smartphone entre los adolescentes ha aumentado de manera significativa.
Dentro del proyecto se realizaron una serie entrevistas online en profundidad a docentes del Colegio Aurelio Gómez Escolar, socio en el mencionado proyecto, quienes afirman detectar un problema actual de adicción al móvil entre los jóvenes.
Este proyecto, con una duración de 24 meses y un presupuesto de 264.190 euros, está encabezado por la profesora de la Facultad de Económicas Sonia San Martín Gutiérrez, catedrática de Comercialización e Investigación de Mercados de la Universidad de Burgos, quien coordina un equipo multidisciplinar de profesores pertenecientes al Departamento de Economía y Administración de Empresas de la Universidad de Burgos: Nadia Jiménez Torres, Paula Rodríguez Torrico y Carlos Larrinaga González.
Todos los entrevistados se muestran de acuerdo en que el uso del móvil ha aumentado en la pasada cuarentena debida a la COVID-19. “El uso académico se ha sumado al lúdico, única manera de los adolescentes de tener contacto con sus amistades - los adultos también lo hemos usado mucho más - y además tenían mucho tiempo libre para dedicar a las redes sociales, juegos, etc.” En este sentido uno de los docentes señala que “La cuarentena ha afectado de manera muy negativa y ha provocado un uso excesivo del teléfono móvil, algo que va de la mano de un empleo totalmente inadecuado… incluso abandonando las tareas educativas, ya que ha sido la única forma que han tenido los jóvenes de comunicarse entre sí.”
Al ser preguntados por consejos o recomendaciones para reducir esa adicción o tener un uso correcto del móvil, los docentes proponen que “Sean ellos quienes controlen al móvil y no al revés, que intenten crear un horario de uso del móvil compaginándolo con otras actividades ya programadas: extraescolares, tareas, deportes, tiempo de lectura, etc. Y realizar otro tipo de actividades totalmente ajenas al uso de las nuevas tecnologías y más beneficiosas para la salud como, por ejemplo: realizar actividades físicas en el medio ambiente, hablar más con la familia”.
Los socios de Portugal, Eslovenia e Italia que participan en el proyecto también han realizado entrevistas online al profesorado de un colegio en cada país que confirman las opiniones recogidas en el caso español.